Reseña por: Israel Polanco Sánchez
"No Oyes Ladrar A Los Perros"
No oyes ladrar a los perros, pequeño cuento perteneciente al compilado El Llano En Llamas, en este Juan Rulfo narra brevemente la historia y relación de un padre con su hijo, tema que retoma en parte para su novela Pedro Paramo.
Un padre que reniega de su hijo pero aun así busca su salvación, usando esta situación tan compleja se desarrolla lo que a mi opinión es uno de los mejores cuentos de todo el libro.
Comúnmente se asocia el amor con la familia, lazos irrompibles a los que siempre estaremos atados, para bien o para mal, y es en este caso el amor que tiene el padre para con su difunta esposa el único aliciente que existe para buscar salvar la vida de Ignacio, el hijo. El padre, cuyo nombre nunca es mencionado, lo lleva en brazos y cuenta el porqué de su desprecio hacia su hijo, un chico que se dedicó a la mala vida y en consecuencia fue herido de gravedad, y tan mala persona y mal hijo fue que no pudo escuchar a los perros ladrar para avisarle a su padre que llegaban a Tonaya, pueblo que sería su salvación.
Y es que en toda familia existen una o dos historias como esta, siempre nos encontraremos padres e hijos, hermanos, primos, abuelos con los que habrá problemas, pero es el peso conferido a la sangre lo que socialmente impide romper esas cadenas que nos atan. Rulfo muy a su manera nos lo narra, el amor que le tiene un hombre al recuerdo de su mujer es suficiente como para aguantar a la peor de las personas y recibir el peor de los castigos.
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